Huesos de Pollo para Perro: ¿Sí o No? ¡Todo lo que Tienes que Saber!
En muchas ocasiones, hemos optado por comprar huesos de pollo para nuestros peludos y creemos estar seguros de que es un alimento apto para ellos pero ¿en verdad lo és? ¿de dónde sacamos esa información y por qué la replicamos sin consultar con un profesional?
En esta ocasión, Waggy 's recopiló toda la información necesaria para desmentir o afirmar esta situación. Quédate leyendo y descubre si los huesos de pollo representan un peligro para nuestra mascota o no, a qué edad pueden comerlos, los tipos de hueso que puede ingerir y algunos consejos para dárselos ¡Vamos a ellos!
¿Puedo darle hueso de pollo a mi perro sin riesgo?
Realmente si puedes, sin embargo, es importante establecer que la dentición como el sistema digestivo de un carnívoro (perro) no es igual al de un omnívoro (humano), de manera que su organismo no está preparado para asimilar con la misma eficiencia ciertos ingredientes o alimentos. Además, los huesos tienen un peligro añadido para los perros: pueden provocar perforaciones del aparato digestivo, atragantamientos y oclusiones intestinales.
¿A qué edad los perros pueden comer huesos de pollo?
Waggy’s recomienda hacerle esta pregunta a tu médico veterinario preferido, él sabrá orientarte y darte una atención más certera debido a que conoce a tu mascota, su historial clínico y también de su dieta alimentaria. Sin embargo, generalmente, se recomienda esperar hasta que los cachorros tengan al menos entre 6 y 9 meses de edad antes de introducir huesos crudos en su dieta.
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Tipos de huesos de pollo seguros para perros
Si decides dar huesos de pollo a tu perro, es importante considerar los siguientes tipos de huesos:
Huesos crudos y grandes
Algunas personas defienden que los huesos crudos y de gran tamaño, como los cuellos de pollo o las alas enteras, son más seguros que los huesos cocidos. Se dice que son más fáciles de triturar y menos propensos a astillarse. Sin embargo, aún así, existe el riesgo de fragmentación o de obstrucción del tracto digestivo.
Huesos carnosos y no cocidos
Los huesos con carne adherida pueden ser menos propensos a astillarse que los huesos secos y cocidos. La carne que los rodea puede actuar como una barrera protectora y, por ende, disminuir el riesgo de astillarse.
Consejos para dar huesos de pollo a tu perro
Huesos crudos sí, cocinados no
Los huesos cocidos tienden a astillarse con mayor facilidad, lo que puede representar un peligro para la salud de tu perro. Los huesos crudos son más flexibles y menos propensos a romperse en astillas afiladas.
Piezas adecuadas para su tamaño
Asegúrate de darle huesos que sean proporcionales al tamaño de tu perro. Huesos demasiado pequeños pueden representar un peligro de asfixia, mientras que los huesos demasiado grandes pueden ser difíciles de manejar y digerir.
Mejor huesos carnosos
Los huesos con carne adherida son preferibles, ya que la carne puede proporcionar una capa protectora adicional y hacer que el hueso sea más seguro para su consumo.
Siempre bajo supervisión
Nunca dejes a tu perro solo mientras esté masticando un hueso. Supervisa su comportamiento y asegúrate de retirar el hueso si comienza a astillarse o fragmentarse.
Blando, flexible y fácil de triturar
Antes de dárselo a tu perro, asegúrate de que el hueso esté blando, flexible y fácil de triturar. Si notas que el hueso se vuelve quebradizo o parece astillarse, retíralo inmediatamente.
Previamente congelados o semi congelados
Congelar o semi congelar huesos crudos antes de dárselos a los perros no solo puede hacer que sean más seguros para masticar, sino que también puede ayudar a mantener la higiene y a reducir el riesgo de transmisión de bacterias.
¿Qué debes evitar al darle hueso de pollo a tu perro?
- Evita darle huesos cocidos, ya explicamos arriba por qué.
- Evita los huesos muy pequeños o que consideres puedan representar un riesgo de asfixia.
- Evita que los huesos de pollo sean su comida principal. Considéralos más como una golosina, no los hagas parte de su dieta diaria.
- Evita dar huesos duros de carga, como los huesos largos de las patas, ya que son más densos y pueden astillarse con mayor facilidad.
- Si tu perro tiene problemas dentales, digestivos o de salud en general, es recomendable evitar darle huesos, ya que podrían empeorar estas condiciones. Ejemplo de consecuencias por problemas digestivos serían los gases en perros y la diarrea en perros
Beneficios de darle huesos a los perros
Recuerda que no es una decisión 100% certera darle huesos de pollo a tu mascota sin embargo, algunos de los beneficios si decides hacerlo pueden ser los siguientes:
Entretenimiento y estimulación mental
Los huesos pueden proporcionar entretenimiento y estimulación mental para los perros. Masticar un hueso puede ser una actividad placentera y calmante para ellos, ayudándoles a liberar energía y reducir el aburrimiento.
Mejora dental
Masticar huesos crudos puede ayudar a limpiar los dientes y fortalecer las encías de los perros. Al morder y masticar, pueden eliminar el sarro y la placa, manteniendo así una buena salud bucal.
Fuente de nutrientes
Los huesos crudos contienen nutrientes como calcio, fósforo y otros minerales esenciales que pueden beneficiar la salud ósea y articular de los perros.
Promoción del instinto natural de caza
Masticar huesos puede satisfacer el instinto natural de caza y masticación de los perros, ofreciéndoles una experiencia más natural y satisfactoria.
Refuerzo del vínculo entre el perro y su dueño
Al ofrecerle a tu perro un hueso para masticar de manera controlada y segura, se puede fortalecer el vínculo entre el dueño y la mascota, al tiempo que se enseña a la mascota a seguir las indicaciones y límites.
Conclusión
Queremos terminar este blog enfatizando que el darle huesos a tu mascota será una decisión personal, como hemos mencionado, los expertos se encuentran divididos con respecto a si es necesario o bueno darle este tipo de alimentos a nuestra mascota o no. Es fundamental recordar que no todos los perros reaccionan de la misma manera a los huesos y que existen riesgos asociados. Los huesos deben ser dados de forma muy controlada y siempre bajo supervisión. Además, algunos perros pueden tener problemas digestivos o reacciones adversas a los huesos, por lo que es esencial estar atento a cualquier señal de malestar y detener su acceso a los huesos si es necesario. Siempre se recomienda consultar a un veterinario antes de introducir huesos en la dieta de tu perro para garantizar la seguridad para la mascota en particular.
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