
"Adictos a la Pelota": Un Estudio Revela que la Obsesión de Algunos Perros es Similar a la Adicción Humana
Si tienes un perro que ignora todo, incluso la comida, por un simple juguete, la ciencia te da la razón: no es solo un capricho. Un nuevo estudio publicado en Scientific Reports ha encontrado que la fijación de algunos perros por sus juguetes favoritos —como pelotas de tenis o patitos de goma— muestra patrones que se asemejan a las adicciones conductuales humanas.
La investigación sugiere que algunos perros podrían ser verdaderos "adictos a la pelota".
Liderado por la bióloga conductual Stefanie Riemer, el estudio examinó a 105 perros —principalmente razas como el Belgian Malinois, Border Collies y Labrador Retrievers— motivados por sus juguetes.
Durante las pruebas, los investigadores observaron lo que muchos dueños ya sospechaban:
Comportamiento Obsesivo: Un tercio de los perros (33 en la muestra) mostró signos de fijación similar a la adicción.
Ignoran Alternativas: Estos perros ignoraban la comida o el juego con sus dueños, ladraban o gemían cuando el juguete estaba fuera de su alcance, y en algunos casos, no podían calmarse hasta por quince minutos después de que se retiraba el objeto.
Daño y Frustración: Algunos perros en el estudio llegaron a destruir cajas para alcanzar sus juguetes.
"En los humanos, el deseo intenso (craving) y la pérdida de control son características clave de la adicción. El estudio muestra que los juguetes tienen una alta saliencia para estos perros y que anhelan el acceso a ellos," explicó Riemer.
¿Por qué el cerebro de un perro responde a un juguete de manera similar a como el de una persona reacciona al juego o las apuestas? La respuesta está en la neuroquímica:
El juego, al igual que ciertas adicciones humanas, inunda el cerebro con dopamina, el neurotransmisor que impulsa el comportamiento de búsqueda de recompensa. Para los perros con una fuerte motivación de enfoque (como los pastores y terriers), este bucle de retroalimentación puede convertirse en una compulsión.
La investigadora señala que el componente genético es fuerte y que esta fijación no es alentada por los dueños.
El propósito del juego es ser una fuente de alegría, pero la adicción implica consecuencias negativas para el individuo.
Si tu perro no puede tolerar que el juguete no esté disponible, la conducta puede ser "excesiva y desadaptativa," lo que lleva a frustración, estrés e incluso lesiones.
La conclusión no es prohibir el juego. Es reconocer la línea donde la alegría se convierte en necesidad. Para esos casos extremos, se deben tomar medidas para reducir la fijación en el juguete.
En Waggy's nos importa el bienestar emocional de tu perrito. Si notas signos de ansiedad o frustración excesiva en el juego, consulta a un experto en comportamiento canino.